Abandono de un sistema de vida

Esta comarca destaca por albergar uno de los modelos más singulares de la arquitectura popular española cómo es la cabaña pasiega. Esta construcción está estrechamente ligada a un poblamiento ultra disperso por las montañas sin parangón en España, y a una original trashumancia de corto recorrido, la muda, que son los elementos condicionantes de esta tipología constructiva. La cabaña pasiega es un modelo más desarrollado que otras cabañas de la Cordillera Cantábrica, como los invernales de la zona occidental de Cantabria, pues no sólo es cuadra y pajar, sino también vivienda temporal de toda la familia ganadera, la cual muda de cabaña en cabaña, disponiendo en propiedad o arriendo de media docena de ellas. Por ello la cabaña pasiega tiene mayor tamaño con planta rectangular y dos alturas siendo cuadra la baja y vivienda y payo (pajar) la superior. Otra particularidad de la cabaña pasiega es que la fachada se localiza en uno de los hastiales, el mejor orientado, con una escalera de piedra que accede una rústica balconada, a modo de solana, siendo muy escasas las ventanas en las restantes paredes. Por último, la cabaña pasiega se distingue nítidamente del resto de la arquitectura regional por no utilizar la teja árabe, sino unas losas de arenisca oscura, nunca pizarra o lastras que confieren a la arquitectura pasiega un aspecto inconfundible.

Dentro de la cabaña pasiega hay toda una diversidad, desde los ejemplos más sencillos, como son los prendederos que solo sirven de cuadra y pajar, o las cabañas de las branizas, ocupadas solo en verano, hasta las más complejas cabañas vividoras de los fondos de los valles, donde se pasan los meses más duros del invierno, o bien ya se reside de forma permanente, abandonada la dura vida trashumante. No se puede desligar de la cabaña pasiega otro elemento característico del paisaje de esta comarca, como es la pared de piedra armada en seco que delimita nítidamente la finca correspondiente a cada cabaña. Por último un tipo de construcción muy sencillo y arcaico que también suele asociarse a las cabañas pasiegas es el cuvíu, especie de cavidad artificial armada con piedras que servía y sirve de fresquera de los alimentos.

Desgraciadamente este patrimonio arquitectónico tan singular que es la cabaña pasiega se encuentra en una difícil situación. La decadencia de la ganadería tradicional se ha manifestado en el abandono de cientos de cabañas, dispersas por los rincones más inverosímiles de la comarca, y normalmente en parajes de difícil acceso. La compra de las cabañas más accesibles por gentes ajenas a la comarca, a modo de segunda residencia, sólo es una solución cuando se restauran respetando la tipología tradicional, pero otro problema añadido es encontrar materiales y expertos.

Por último otra amenaza es la proliferación de construcciones y materiales modernos que desentonan con la armonía de conjuntos arquitectónicos tan representativos de lo que se entiende como un "paisaje natural". Cualquiera de los barrios de San Pedro del Romeral son magníficos ejemplos de un paisaje humanizado y perfectamente integrado en un entorno natural bellísimo.

 

Fuente, "Una mirada al interior de Cantabria, Cantabria rural"